sábado, 2 de enero de 2016

El día que el mundo volvió a girar

Arrancó totalmente inmóvil.

29 de diciembre de 2015.
Me desperté bien, no podría decir que feliz, pero sí tranquila. Y eso era un paso gigantesco.
Quise ir al mismo laboratorio pero otra sucursal, porque el que tengo a pocas cuadras de mi casa es un horror. Me queda comodísimo pero… la chica que hace las extracciones, además de tener poco pulso, es muyyyy desubicada. La última beta me la hice ahí, y mientras me sacaba sangre me contaba que hacía un ratito le había hecho la beta a otra chica que le dijo que se moría si estaba embarazada. Y me lo contó después de que le expliqué el motivo de mi beta. Era necesario?
Salí casi desmayada del veneno.
Y nunca más.
Pero, como es uno de los mejores laboratorios, y me niego a hacérmelo en mi clínica porque mi médico es muy malo para dar malas noticias, se me ocurrió esa tonta idea.

Así que nos fuimos. Dos tubos de sangre y a la espera. (Sí, dos tubos, por qué? No era suficiente la tortura?!?!?!).
17hs. Que? Me estás jodiendo!!!!!!!! Si otras veces tuve el resultado a las 14hs!!!!!!!!
Nos fuimos a nuestra pastelería orgánica favorita, la de "este tratamiento", a desayunar.
Y a casa. A esperar. Yo tenía la esperanza que las 17 fueran "una manera de decir". Así que me pasé el resto del día (más desde las 14hs) sentada en la compu dando refresh a la web del laboratorio. La vez anterior la habían colgado media hora antes. Y eso que había sido mucho más temprano.
Hasta tuve que tomar el estradiol y ponerme el óvulo de las cuatro de la tarde. Nunca me había pasado. Y me parecía una tortura. Nos acostamos a ver una serie. Y mi amorcito toda la hora con su manito en mi panza.
No digo que ya lo sabíamos. Pero en esta espera había algo distinto.
Yo soy precavida. Odiaba la idea de entusiasmarnos y rebotar otra vez contra la pared. Pero ya había tenido betaesperas en plan precaución, y habían dolido como la reputisima madre igual. Así que en esta sólo deje que fluya. Miedos, angustias, ilusiones. Lo que fuera. No quería quedarme con la sensación de haber desconfiado de mis peques o de mi cuerpo.
Mi mamá y mi cuñada me preguntaban por mensajito para cuando. Y les mentí que a las 19hs. Necesitaba un tiempo para asimilar el resultado.

Y a la 17, ni un segundo antes, ahí estaba. Ya habían cargado el resultado. A punto de clickear en él, le digo a mi marido "no quiero". Y apreté. Con fuerzas, con pánico.
Me quedé inmóvil viendo la pantalla. Mi amor comenzó a gritar Si Si Si Si Si Si Si Si. Sólo gritaba eso y me agarraba. 

Yo vi 411,7.
Y lo escuchaba gritar a él. Y volví a mirar. Por un momento mis ojos, o mi mente, o mis miedos, vieron la coma en otro lado. Pero no. Eran 411,7. Y mi marido gritaba Si Si Si Si…….
Y empecé a llorar. Me agarraba la cara y lloraba. De locura. De desesperación. De desahogo. Como nunca en mi vida. Con todo ese llanto que me faltó en todos estos años porque necesitaba seguir peleándola y no podía derrumbarme tanto.
Mi amor empezó a tranquilizarme. Mientras repetía como un psicótico que sí, pero ahora le agregaba frases un poco más completas como "tenía que ser".
Nos besamos. Como nunca en nuestra vida. Y saludamos a nuestro/s peque/s en mi pancita.

Me dio el teléfono para llamar a mi doctor. Yo no podía. Me temblaba todo. Pero quería. Tanto había querido esto. Tanto había imaginado este llamado.
Me atendió. Le dije que bueno… que hoy era mi beta… Y me respondió preocupado "te la hiciste acá?" (porque a veces no le avisan y no es muy agradable). No no, le contesté, tengo el resultado. Y mientras él me dice, con la voz de dar el pésame que tanto conozco "y qué te dio?" yo le digo al mismo tiempo "411".
Y un silencio grande.
"411 te dio?!?!?!?!" me dijo alzando la voz. Y comenzó a reír, a felicitarme, a felicitar a mi marido.
Le digo que qué hago ahora, que ya sé lo que hacer cuando es negativo, pero ahora no tengo ni idea, mientras se nota que me tiembla la voz y lloro de la emoción. Y se ríe, me dice que haga lo mismo que hice hasta ahora que, evidentemente, hice las cosas bien. Que me relaje, que festeje el fin de año, que brinde, que disfrute el fin de semana, que el martes me repita la beta.
Le contesto "recién el martes?" (es decir, una semana más?!?!). Me reta (ya les conté que siempre me reta) diciéndome que no sea ansiosa, que el número es muy bueno. Que festeje. Que siga con el ronfase vía vaginal extra que me agregó en Navidad por ese sangrado rojo que, ahora definitivamente podemos comprobar, era de implantación. (sí, existe!!!!!).
Y me dice, antes de cortar, cuando nos despedíamos y yo ya acababa de caer por completo y necesitaba cortar el teléfono porque no daba más de la emoción.
"El que persevera triunfa. Viste que lo íbamos a conseguir?".
Todavía me sigue repitiendo esa frase en mi cabeza. El jamás se rindió con nosotros.

Y entonces pienso en contarles a mis compañeras de lucha. Tenía la idea de la noche anterior, mientras no podía dormirme y pensaba cómo darles la noticia en vez de pensar qué hacer esta vez si era negativo.
Tomo un delineador negro y me escribo en la panza machucada de heparina, el número. Lo había imaginado y soñado tanto. No podía creerlo. 

Y ahí llamar a la hematóloga. La mía, de vacaciones, así que al celular de otra hematóloga de su equipo. Y me pregunta: "llegás antes de las 18,30hs.? Porque mañana no vengo". Y salimos volando. Más en una nube que por velocidad, pero volando al fin.
En la recepción de la hematóloga nos pusimos a charlar con la secretaria y le conté de la cantidad de tratamientos y por fin mi positivo, para explicar por qué estábamos tan estúpidos. Mientras, mi marido se fue a un cajero a sacar plata porque nos habíamos ido sin un peso y no teníamos para pagar la consulta.
Me senté en la sala de espera, aquella en la que esperé horas y horas una respuesta, o por lo menos, la imaginación suficiente para intentar encontrarla. Y todos en la sala de espera me sonrieron, habiendo escuchado mis comentarios con la secretaria.
Ahí estaba yo. Y el mundo volvió a girar otra vez.

Me llamó la hematóloga. Un amor de persona. Me empezó a hacer los papeles para presentar a la prepaga y en eso volvió mi marido.
Por ahora me dejó la misma dosis de heparina. Hasta el próximo lunes a hacer control de heparinemia. Y el martes cita con ella de nuevo para ver los resultados y saber cómo seguimos. Extremar cuidados. Ojo las escaleras (vivo en segundo piso x escalera y mi dormitorio está un piso más arriba, y el lavadero otro más! Uffffff). "Un pie le pide permiso al otro". Ordenes para presentar.
Aclaración: la heparina es un medicamento CARISIMO. Que sólo se incluye en el embarazo, dentro del PMI (Plan Materno Infantil) que existe en Argentina y que hace que tengas todos los medicamentos necesarios para tu embarazo, gratuitos.
Recetas con el Urgente. Y certificado de embarazo. Puso la fecha de mi última menstruación, 25 de noviembre. Calculó unos días teniendo en cuenta que, para tratamiento, las fechas no son tan reales. Y… fecha probable de parto 3/9/2016.
Chan! 

De ahí nos fuimos hasta la casa de mi mamá. Le mandé un par de mensajitos para asegurarme que estuviera en su casa. Mis suegros no están. Se fueron a pasar Año Nuevo a la costa con su otro hijo y su familia.
El camino es largo.

Ahí estaba mi viejita linda, cortando el pasto del jardín de adelante mientras mis sobrinos andaban en patineta por la calle. Estacioné el auto y bajé. Mi mamá inmóvil viendo, primero el auto y después a mí. Y me hace que sí con la cabeza. Con tanto miedo! Y le digo que sí, y la abrazo fuerte. Y lloramos.
Ni mi mamá ni yo lloramos. Nunca. Somos de "esa clase de gente". Pero ese día lloramos. El mundo otra vez volvió a girar.
Después apareció mi hermana y se lo contamos. Mis sobrinos. Y mandé un whats app al grupo familiar con mis hermanos y el resto de sobrinos que también estaban en la costa. Una fotito de las manos de mi amor y mía en mi panza. Y un texto que decía "por fin llegó nuestro regalito de Navidad". 
Al momento llamó mi hermano. Lloró de la emoción. Y mi cuñada. Y la llamada a mis suegros. Y todos saludando. Mi mamá abriendo una sidra sin alcohol y un pan dulce y brindando.

Llegamos a casa. Me bañé. Cenamos. Y nos fuimos a acostar porque estábamos destrozados.
Ya en la cama, con la músiquita de relajación que le ponemos todas las noches a los peques para mimarlos un poco…
Nos miramos a los ojos. El regalito de Navidad que les compramos. Las frasecitas positivas que escribimos y colgamos por todos lados. La caja de heparina en la mesa de luz. Y todas las postales dedicadas, estampitas y cartitas que yo fui acumulando a lo largo de este tiempo.

Y por fin, después de tanto tiempo, definitivamente, el mundo volvió a girar! 







7 comentarios:

  1. que emocion que tengo, estoy llorendo, por vos, con vos por tanto camino recorrido ,por tanto dolor y ahora esta felicidad que es tuya pero es mia tambien, quiero escribirte algo lindo pero no me sale estoy tonta ,re tonta,fue tan lindo cuando lo contaste ,pero habia que abrir esa foto y ya te dije ,tenia un miedo barbaro,,pero tu final fue feliz y me encanta, valiente total!!!un beso

    ResponderEliminar
  2. Querida mía, voy a tener que dejar de leerte porque cada vez lloro más jajajajaa.
    Que nooooooo, jolin si estaba deseando vivir tu positivo, llorar de emoción con vosotros!!!
    Lo han conseguido pareja!!! lo sabía, lo sabía, lo sabía jajajaja esta vez lo sabía!!!!
    Ya ves que no estoy fina escribiéndote últimamente, la emoción me puede!
    Enhorabuena una y mil veces más cariño, el mundo a vuelto a girar y esta vez vas subida a él. Esta vez el mundo está girando en el mejor de los sentidos!!!

    Vamos mi valiente campeona!!!!
    Un abrazo enooooooorme a los dos y a tu preciosa barriguita ;)

    Aidni

    ResponderEliminar
  3. Jajaja yo estoy igual que las chicas más arriba, llorando copioso de emoción!! Me alegra muchísimo, realmente se lo merecen, feliz año, feliz vida!!!

    ResponderEliminar
  4. Llorando me tienes a mí también, compi de tripa!!! Enhorabuena de nuevo, es tan emocionante!!!

    ResponderEliminar
  5. Estaba decretado!!! Lloré con vos... Estuve de viaje de nuevo porque vencían mis vacaciones si no las tomaba, y me desenchufé de todo, menos de tu esperanza y de tus embriones. Leí la entrada del sangrado de navidad y sufrí mucho (no quise ni mandar mensaje porque no sabía que decirte). Cuando entré nuevamente para mandarte un aliento veo el positivo y lloro. No sabés la emoción y la esperanza que me provoca tu lucha, tu persistencia, tu dedicación.... Todo todo queda atrás, todo cambia ahora, el mundo es tuyo. Felicitaciones para toda la familia! Tu bebe tendrá unos papás increíbles! FELIZ 2016 mamá! Mariah

    ResponderEliminar
  6. No puede terminar mejor un año y empezar mejor el siguiente. Feliz 2016! Va a ser un año de cambios para muchas de nosotras. Es tan emocionante leer ese desborde de sentimientos que tienes...

    ENHORABUENA!

    Un abrazo :)

    ResponderEliminar
  7. Llore mal!! Que emoción tu historia!! Me da esperanza, voy por la tercer transferencia negativa y me dio fuerzas seguir . los felicito besitos

    ResponderEliminar