miércoles, 2 de marzo de 2016

Para no olvidar


Juro que hace días pienso en escribir una entrada sobre algo hermoso que me estaba pasando. Más que bello, casi mágico! Hace poquito tiempo logré lo inimaginable: ir al baño sin ver la bombacha! Las que no han pasado por algún feo momento se creerán que esto es una gran joda, pero puedo asegurar que muchas me entenderán perfectamente sin que necesite explicarlo.
De hecho, hice un brindis con mi marido con juguito de naranja (mi gran aliado estos meses) festejando el primer día que me puse bombacha negra, y sin protector diario!!! Toda una loca! Incluso pude vivir por primera vez lo que se sentía levantarse de la cama y no girar como desquiciada a chequear la sábana.
Y con esa primera bombacha negra vinieron varias cosas más. Como comprarle algo al peque, recibir regalitos, empezar a ver por primera vez qué cornos es una cuna, catre, charriot, etc. (y, sobre todo, si entran en la habitación). Incluso estrenarme un hermoso vestidito negro marcando mi pancita en la primera reunión familiar y social post embarazo, y aceptar las felicitaciones de todos (momento increíble si los hay).

Justo al día siguiente de ese grandioso día, sentadita en mi casa trabajando un poco, con mi infaltable bombacha negra y muy feliz… Sangré. Rojo intenso. Otra vez. Más de un mes después del último incidente. Sin haber hecho NADA que lo justifique.
Como para no olvidar, ni por un segundo, que soy una infértil que logró embarazarse. Y punto. Que todo siempre es peligroso aunque no lo sea. Que la felicidad es demasiado cotidiana, de a horitas, ni siquiera de a días. 

Y te lo recuerdan los idiotas que te encontrás en las guardias, y cuando les decís que sangrás, que tenés trombofilia, y te preguntan cómo te embarazaste y ponen cara, y chequean tu edad en la hojita y ponen cara otra vez, y te mandan a hacer una eco como si te llevaran al matadero, mientras te dan el pésame con el tono de voz. Y cuando volvés con un eco divina en donde tu peque (ya no debería llamarlo más así porque sus medidas le dan más grande de lo que es) no se dejaba medir de lo gimnasta que se volvió, reaccionan sorprendidos con algo como "ahhh… no me esperaba una eco así!". Y te volvés a sentir una estúpida infeliz que es feliz porque no se da cuenta. Pero te vas con tu eco a tu casa, llamando a obstetra de alto riesgo y hematóloga y pasando el parte, y cambiando dosis, suspendiendo medicamentos, agregando otros. Y seguís siendo una infertil más que, aunque ya está de 13 semanas, todavía su cuerpo no tiene ni la más puta idea que hacer. 

Porque sí, había algo que festejaba este domingo, un día que tenía marcado en mi calendario de la heladera como majestuoso. Ese domingo feliz, bajaba la dosis de la progesterona y los dos tipos de estradiol distintos que tomo y chupo (vía vaginal) desde hace 13 semanas. Para que el próximo domingo ya no los tenga que usar más.
Y como mi cuerpo no entiende nada, o porque ya lo abusé demasiado pobrecito, o porque es muy tonto como siempre creímos médicos, especialistas y yo, sangré. Y volvimos con la dosis otra vez. Medio día me duró la felicidad de restar una progesterona y dos estradiol. Y me gané 15 días más (por ahora) de esas 8 pastillas por día. 

También me anuló un sueño que tengo desde el positivo: cumplir las 12 semanas e ir con mi amorcito unos días a la playa a mimar la panza y disfrutar por fin este embarazo. Unos días que iban a comenzar la próxima semana luego de las visitas de rigor a todos los médicos que llevan adelante esto. Ahora no, no quiero. Tengo miedo de manchar en medio de la nada. Tengo miedo de que me achiquen la dosis en medio. Y tampoco le puedo sumar romanticismo a esos días "por fin" juntos, cuando no podemos hacer nada de lo que, sin dudas, íbamos a disfrutar. Espero me entiendan. 

Así que acá me quedo, incubando la bronca de seguir siendo una infértil trombofílica hipotiroidea insulino resistente con natural killer elevadísimas. Pero disfrutando segundito a segundito que estoy embarazada.
Como le leí hoy a una hermosa amiga de blog y de panza (casi casi a la par!), "se hace lo que se puede en este camino de las angustias". La nube de felicidad en la que vivo a veces se vuelve gris (técnicamente roja), pero está. Poco pomposa, es cierto, medio desinflada. Pero juro que está. 

Panza de 12 semanas (salió una mañana de golpe!)

4 comentarios:

  1. Hola! El año pasado nació mi Julián. Los primeros seis meses del embarazo tuve un sangrado diario. Entiendo eso de ir al baño con miedo a que el sangrado se incremente. Recuerdo la sensación al despertar cada mañana, rogando que el sangrado desaparezca de una vez. El miedo de que el sueño termine. Pasé dos meses sin salir de mi habitación y de la cama mas que para ir al control médico. Tuve también de esos momentos horribles de ir a la guardia de urgencia y que los médicos me mandaran eco urgente pensando que todo estaba perdido por la magnitud del sangrado. Y cuando la hacíamos él estaba super bien nadando y saltando en mi panza. Un día ya a los seis meses de embarazo dejé de sangrar. Pero antes, la pregunta que me retumbaba todo el tiempo en la cabeza era si con tantos meses de sangrado el embarazo podría llegar a término. No conocía ningún caso como el mío. Así que ahora te digo, a mi me pasó y mi bebé nació perfecto. Ojalá todo vaya bien, te lo deseo de corazón. Ah, y yo también tengo hipotiroidismo e insulinoresistencia. Besos!

    ResponderEliminar
  2. Claro que está, linda, es un sueño vuelto realidad. Que nada lo opaque, ese bebé vino a quedarse, confiá! ♥

    ResponderEliminar
  3. Me siento identificada.
    Embarazo y sangrados. Cuando crees que los manchados están remitiendo, otra vez a sangrar... Creo que con la heparina pasa ésto, si tienes un hematoma tardará más en desaparecer, como a mí, que estoy ahora de 13 semanas.
    Yo también deseaba llegar a la semana 12 y respirar aliviada y disfrutar, y sin embargo aquí me ves, de reposo y contemplando el sol a través de la ventana. Me muero por salir fuera!!

    ResponderEliminar
  4. La barriga ya se intuye y es hermosa ^_^. Por lo demás, es inevitable la preocupación cuando estás con sangrados. A mi me pasó lo que a Ceci D. Un buen día, dejé de sangrar, me dieron una semana más de margen de reposo absoluto y luego ya de alta y a seguir con nuestras vidas. Y el resultado ya está por casa!

    Un abrazo :)

    ResponderEliminar