martes, 14 de julio de 2015

El lado más pequeño de las probabilidades


Ya en el escrito anterior lo había comentado. Mi marido, mi mejor amigo, el hombre que amo hace 12 años, nació con una extraña, extrañísima anomalía congénita. Un niño entre 17 millones. Y él se sacó la lotería. 

Así que él ya conoce sobre las estadísticas, y estar siempre en el lado contrario. Yo no. Yo viví 38 años creyendo que no existe eso de la mala suerte. Y viví 10 años jurándole y perjurándole que ya había tenido (y más que sobrada) su cuota.
Cuando todos enfermaban menos él, tuve oportunidad de demostrarle que, evidentemente, ya había tenido que padecer las estadísticas una vez. Que no te puede ir mal EN TODO. Que se quede tranquilo. 

Pero estos últimos dos años fueron el show del sin sentido para todos los pronósticos.
Y  no hablo de mala suerte. Porque, técnicamente, en nada nos fue ni mal ni bien. Hablo de lo distinto. Del lado incorrecto de las estadísticas. Y de cómo ellas te pueden joder la existencia.


  • Cuando empecé con los estudios previos a mi primer icsi, tenía 38. Los hormonales me dieron bien, bastante bien para la edad. La primer ecografía de conteo de folículos antrales no fue muy promisoria. O la técnica en imágenes era una bruta en matemáticas, o se confundieron de paciente. Dos antrales en cada ovario. Mi doc me dijo que me quede tranquila que atrás, en la foto, se veían algunos puntitos más. 
En el segundo control ecográfico de nuestro primer ICSI, y tras cinco días de inyecciones, yo no me sentía bien. Y todos pensaron que eran los nervios. Hasta yo lo pensé. Mientras me subía a la camilla con mucho esfuerzo y  molestia, me quejaba por dentro por ser tan tonta.
Después de la eco, los médicos me ayudaron a bajar. Me prohibieron moverme de costado, atarme los cordones, y cualquier movimiento que implique algún mínimo esfuerzo. Estaba hiperestimulada.
El 0,5% de las pacientes sometidas a estimulación ovárica sufren de SHO (síndrome de hiperestimulación ovárica). Y se da entre pacientes jóvenes o con ovarios poliquísticos.
En la consulta le pregunté a mi doc cómo era posible que hiperestimule con dosis normales de gonadotropinas, si mi miedo era que no tuviera muchos folículos con los que trabajar. Y me respondió que él también tenía el mismo miedo. 

  • Mi marido realizó unos 6 a 8 espermogramas en los 6 meses que estuvimos entre los primeros estudios y nuestra primer ICSI. Sólo el primero le salió alteradísimo, con 1% de movilidad total. Y luego de que los cultivos le dieran positivo en mycoplasma y ureaplasma, y fuéramos tratados con antibióticos en dos oportunidades, sus muestras fueron excelentes. Un kruger de 14, movilidad 60% entre progresivos A y B. De cuadrito. Hasta manejábamos la posibilidad de hacer inseminaciones primero. Pero con mi edad pensamos que lo mejor era no seguir perdiendo el tiempo. Incluso, una semana antes, realizó un cultivo para asegurarnos que siguiera dando negativo.
El día de mi punción, hiper sobre súper estimulada, le solicitan una segunda muestra. Que tampoco pareció servir mucho. Todo estaba inmóvil. No apto ni para columnas de anexina, ni para PICSI, ni IMSI. La bióloga estuvo horas encontrando a mano, campo por campo, los 20 espermatozoides que se "vieran" mejor.
Después de eso, cada nuevo espermograma que se hizo le salió mal. Y jamás el cultivo volvió a dar positivo. 
No sabemos qué pasó. La explicación más lógica es que su anomalía congénita, que le llevó a tener muchas operaciones en la zona, convierten sus muestras en inestables e impredecibles. En el segundo ICSI tuvo que ir directamente a biopsia testicular.

  • Este punto en realidad es positivo, pero varios dolores de cabeza me llevó.
Después de la hiperestimulación, me estudiaron a fondo para ver cómo había sido posible. Mis hormonales siempre salieron bien. Definitivamente tanto el especialista en fertilidad como la endocrinóloga definieron que yo NO tengo ovarios poliquísticos. Tampoco, por suerte, tengo insulino resistencia. Mi índice homa, glucosa e insulina se mantienen bien dentro del margen. Pero, por NO suerte, me ligué de rebote tomar dos pastillas de metformina por día. El planteo es que, aunque no existe ningún parámetro bajo el que puedan diagnosticarme SOP (hormonal, ecográfico o clínico), mis ovarios durante la estimulación "podrían" comportarse como tal y complicar todo. Así que, por las dudas, por un POR LAS DUDAS así en mayúsculas y todo, tuve que adaptar mi cuerpo a una droga muy molesta que tardé en asimilar, y cuidarme de alimentos con alto índice glucémico. Básicamente, a modificar toda mi alimentación y costumbre. No me viene mal de paso.
Técnicamente es algo bueno. No me quejo. Pero psicológicamente, es muy traumático ser la excepción a la regla. Que no puedan diagnosticarme realmente. Que no tenga sentido algunos de los hormonales o la respuesta de mi cuerpo a mis 40 años. Que te den remedios, digamos… por las dudas.

  • Después del segundo negativo, cero patatero, con buena calidad embrionaria,  nuestro doctor nos mandó a hacer algunos estudios. "Es muyyyy difícil que tengas trombofilia porque es un porcentaje muyyyy pequeño, pero para ir descartando te los mando".
Adivinen qué tengo? Todas las trombofilias juntas! Dos hereditarias homocigotas y, además, como frutillita del postre, trombofilia adquirida. Por eso, tomo 7,5mg de ácido fólico, más vitamina B y bayaspirina (o Adiro) prevent de por vida. Y, para completar, heparina de 60 desde el día 3 del ciclo de transferencia. Es decir, treinta inyecciones "por las dudas" que no cubre la obra social y salen de nuestros bolsillos.

  • Como además, el SAF origina problemas inmunológicos, se me realizó un scratching endometrial antes de la tercer transferencia. Se supone que así las células del endometrio se "movilizan". Y, agregábamos la heparina desde el tercer día que tiene efecto inmunosupresor. La tercer transferencia fue también, para variar, negativa.
Ahí nuestro doctor habrá comenzado a cuestionarse si, además de tener un problema autoinmune (mi cuerpo reaccionando contra mi propio cuerpo, es decir síndrome antifosfilípido, por ejemplo), no tendría también un problema alloinmune (mi cuerpo reaccionando contra agentes externos, es decir el embrión).
Se cree que los fallos de implantación tienen un factor inmunológico en el 30% de los casos. Y, además, de los problemas inmunológicos de fallo de implantación, los alloinmunes presentan solamente el 10%.
Pareciera ser que estamos, otra vez, en ese pequeño porcentaje. 
El crossmatch entre mi suero y los glóbulos blancos de mi marido, de suero control negativo y positivo, me dio con números bajísimos. Entre el 0,2 y el 0,6% dependiendo el parámetro. Ojalá ese sea el problema, para el que me estoy dando seis vacunas de linfocitos de mi marido cada 21 días esperando positivizarlo.

  • Mientras tanto, hablando de algunas estrategias con nuestro doctor, le pregunto si no justificaría realizarme una histeroscopía ya que jamás me hice una. Básicamente porque  nunca tuve un motivo. Todas las ecografías e histerosalpingografía salen normales. Me respondió justamente eso, todas las imágenes de mi útero fueron siempre normales por lo que no se puede sospechar de nada malo, más aún teniendo en cuenta que hace tres meses me realizaron una biopsia por aspiración y la patología dio negativo. Le pregunté si no podría pasar que todo se viera normal pero después se descubriera que había algo en mi útero. Me respondió que es muyyyyy raro… que el porcentaje de que eso pase es… BAJISIMO…
Después de sonreírnos, mi marido, nuestro médico de fertilidad y yo, programamos histeroscopia para el ciclo anterior a nuestra próxima ICSI.

Después de todo, mejor tomárselo con humor. Algunos podrán decir que somos de los que están del lado contrario de las estadísticas. Nosotros preferimos autocalificarnos, simplemente, como una pareja muyyyyyy original!


2 comentarios:

  1. jejeje me gusta lo de ser "una pareja muy original"
    Mucho mucho ánimo bonica!!!

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    1. Gracias dulce!!! Y sí... si no lo tomamos con humor! Besotes!

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