Aunque sólo se base
en una loca teoría de una pareja infertil que ya no sabe en qué creer, tengo
que escribir esta entrada. Me siento en la obligación de hacerlo. Ya hace mucho
tiempo que me desvelo buscando información en la red sobre alguna similitud. Y
no la encuentro. Por eso la escribo, en agradecimiento al "titulo" de
medicina que conseguí después de tanto leer otros blogs y foros infértiles. Por ahí a alguien le resulte útil.
Los hechos son más o
menos así.
Febrero 2015. Me
preparan el ciclo con el mismo protocolo que utilizan para transferencia de
congelados para realizarme un scratching endometrial a día 21 del ciclo. Pero
además de la injury, realizada por aspiración, envían a patología para
descartar endometritis y cualquier otra infección crónica. Por cierto, si nunca
tuvieron una biopsia de endometrio, pídanla. Algo tan tonto que se puede curar
con un antibiótico no permite la implantación. No hace falta que sea
hieroscopia, hoy en día existen métodos sencillos y ambulatorios, sin
anestesia, como el que utilizaron conmigo (duele pero vale la pena el
esfuerzo!).
Decía…
Me realizan la
biopsia y, ya en casa, reponiéndome un poquito del dolor y pensando en que en
el próximo ciclo van a venir mis chiquitos conmigo, mi marido, así como al
pasar, me dice: "esta vez no estornudaste".
Tonto e inocente
comentario que desencadenó una serie de fenómenos.
Mi amorcito me dijo
que en las dos transferencias anteriores yo había estornudado, tanto el día de
la transfer como los días siguientes. No muchos
estornudos, pero sí uno que otro estornudo aislado en el día. Que él pensó que
era por la medicación. Por eso nunca dijo nada. Pero preparándome igual para la
biopsia, esperaba mis estornudos y nunca llegaron.
En el momento nos
sonreímos. Y pasó de largo.
Al mes tuvimos
nuestra tercer transferencia, de dos preciosisisiisisismos embriones (lo que
es ya ser madre, incluso sin todavía serlo!). Ese día, y los siguientes cinco o
seis días, estornudé. Sin darme cuenta, no como una reacción alérgica. No me
picaba la nariz, no sentía que estaba por estornudar. Como siento siempre, no
sé si a ustedes les pasa pero a mi se me hace muy evidente. Y en la betaespera,
en esta en particular porque fui consciente de ello, y en las dos anteriores
según me comentó mi amorcito, el estornudo era solitario, fuerte, descomponedor
de todo mi físico, sin picazón, ni sensación, ni nada. Así: Sorpresivo.
Después del tercer
negativo tuvimos la cita con nuestro doctor. En eso, ya terminando la cita, mi
marido le anticipó que iba a hacer un comentario estúpido.
Le contó de los
estornudos. El doc me preguntó detalles, si me daba cuenta, cómo eran, si eran
producto de algún resfrío (le contesté que yo NUNCA me resfriaba). E,
intentando minimizarlo, dijo que por ahí era nervioso. Pero nos mandó a hacer
el test de crossmatch (donde cruzan sangre de mi marido con la mía y analizan
la reacción).
Como era de esperar,
me dio mal. Pero no sólo negativo como tiene que ser porque yo nunca tuve un
embarazo. Me dio mal mal mal.
Y comenzamos con las
vacunas de linfocitos paternos. Seis vacunas, cada 21 días.
Una hora después de
la primer dolorosisima vacuna tuve dos fuertes estornudos juntos, mientras
paseaba, que me dejaron desparramada. Marido y yo nos miramos sorprendidos.
Pasó.
En la segunda
vacuna, saliendo de la clínica, estornudé. Marido y yo nos sonreímos.
En la tercer vacuna,
nada. Ni una comezón de nariz. Nada. Cero.
En visita con
nuestro doctor, mi marido volvió a avisar que iba a decir otra idiotez. Y le
comentó mi reacción con las vacunas. El médico miró sonriendo. Nos preguntó si
le habíamos hecho el comentario al biólogo que prepara y da las vacunas. Le
contestamos que no. Nos dijo que le dijéramos.
Todavía no sabemos
si es parte de nuestra infértil imaginación. Si volveré a estornudar porque
tengo un problema inmunológico, o porque me muero de los nervios cuando estoy
en betaespera.
Producto o no de
nuestra imaginación, para quienes saben,
analizando sus reacciones, algo debe de significar. Tal vez sólo signifique que
estamos completamente locos. Y nos mirarán con patética lástima.
Ojalá en unos meses
les podamos dar un sentido.
Lamentablemente
todavía no puedo confirmar nada de lo que pasa ni qué significa.
Pero sólo quería
contar nuestra experiencia.
Cuando todo ya se
probó, y nada resultó, no está de más idear locas teorías.