miércoles, 16 de diciembre de 2015

Dia T (de transferencia... y de 3). (Parte II)


Me tocó el quirófano grande. Y la súper camilla en la que me veo más pequeña de lo que soy. Hicimos algunos chistes con la enfermera (siempre es mala onda pero esta vez le pude sacar algunas sonrisas) sobre lo "experimentada" que ya me había vuelto con todo. Me acomodé tranquila. Me traje el almohadoncito y me levanté la bata barata de papel que sólo está para cubrirme los hombros. 

La enfermera le preguntó al doctor cuántos embriones iba a transferir y le contestó que los 3, pero que ya había hablado con X y ella ya sabía, que esto era tema de X y que ella iba a estar ahí. Comentario aparte, X es  quien maneja nuestros embriones y el esperma de mi marido después de que nuestro caso se complicara, porque son casos complejos, muestras demasiado valiosas porque vienen de biopsia. Y también sé que no suele hacerlo, pero cuando se te suicidan el 80 por ciento de los embriones, ponen a trabajar a X para evitar tener un problema. Seamos sinceros, la mano es la mano. Yo lo descubrí hace un tiempo y rezaba para que esta vez fuera X la que estuviera. Y cuando lo escuché decir eso, respiré aliviada. 

Mi doc me dijo que ya sabía como era esto, que iba a colocar el espéculo. Le pasaron algunos liquiditos para limpiar la zona. Vino la ginecóloga nueva y muy simpática (que me hizo la eco con la que arranqué el tratamiento, allá por el 25 de octubre). Puso el ecógrafo. Regularon el contraste.
Y mi médico me dijo "bueno, ya probamos la cánula…" Eh? Ya habían pasado todo? Y yo ni mosquear!
E hice un tonto chiste del tipo "ya todo pasa como por un tubo". En fin… no puedo evitarlo. Si de algo soy capaz es de incomodar a mi doctor todo lo que puedo. 

Me dijo que, otra vez, me iba a repetir lo que ya sabía. Que hiciera vida normal, normal en tooodooossss los sentidos (y ya sabemos a qué se refiere). Que no hay nada que pueda hacer para que resulte o no resulte. Salvo ponerme progesterona, estradiol, la heparina y bla bla bla. Es decir, que de normal básicamente no tenía nada. Que en dos semanas, el 29, me haría la beta. Que justo me quedaba para los ñoquis. Y yo le dije que qué Navidad distinta me había armado! Se sonrió, me dijo que iba a ser un brindis distinto. Le reproché, con onda, que si sabía que esto quedaba así, le hubiera cambiado la fecha seguro. Pero cuando arrancamos no me di cuenta. Que ya llevo dos meses en tratamiento. Se compadeció diciendo que era cierto, que esta vez se me había hecho muy largo.

Le pregunté si la foto no me la podía llevar. Que nunca me la dieron y yo nunca supe si era porque no la había pedido. Me puso cara como de "no me la pidas por favor!!!!". Me dijo que en general no la dan, porque así cuando me embarazo ellos preparan algo lindo… se hizo medio el boludo. Yo lo entendí. Era lo que sentía. Y siempre agradecí no haber tenido la foto de los anteriores. Llevaría en mi cajón de la mesita de luz, ya seis embrioncitos que mi cuerpo destruyó. Tortuoso si lo hay. Pero esta vez la quería. Quería no protegerme más. Si dolía igual!
Me dijo que en 14 días lo llamara para darle la noticia y hablábamos… Como con un guiño. El primero en dos años. 


Y justo, así charlando tan tranquilamente, yo toda en postura, aparece Doña X con mi catéter amado en la mano.  Y nos dice bajito "acá estoy!" como poniéndonos a tono. "Vengo con los tres, para ….". Y me nombra, y le hago un ok con la mano. Me pongo fijo a ver el monitor. Aprieto fuerte mi collarcito de cofre (ver más abajo). Me puse a pensar que al tercero le iba a poner de nombre Chiruzo. Y vi el monitor. La rayita del catéter. El doctor que le pidió a la ecografista que apunte más desde el fondo. Y buscó, bien el lugar. El brillito alargado que luego se convirtió en un mágico puntito.
Todo duró apenas un segundo. La bióloga se fue con el cateter para chequear. La ecografista sacó el ecógrafo y mi doc se lo hizo volver a poner. Le corrigió el ángulo de apunte. Y grabó la foto en el monitor. Se vino a mi lado con el monitor y me lo mostró. Le dije que sí, que lo había visto todo. Que se veía alargado y después se unía,  como un puntito. Y me dijo "sí, así se ve… viste? Como una lucesita". Se dio vuelta y se fue rápido.
Y yo me quedé. Con esa imagen, mirando nuestra lucesita. Con la emoción de mi médico por ese momento. Agradecida. Contagiándome infinitamente de la mejor de las energías. Sí, definitivamente soy una persona con suerte! 

La bióloga confirmó que estaba todo ok, aunque por primera vez, y sin seguir el protocolo, ya me habían sacado hasta el espéculo. 

Me ayudaron a bajar. Y me acompañaron hasta el baño. Ni bien cerré la puerta empecé a temblar. Me bajó toda la emoción de golpe. Mi pis no paraba nunca. Y yo quería ir corriendo a llevarle a los chiquitos a papá. Y contarle palabra por palabra (como ya saben me caracteriza!).
Abrí la puerta y ahí estaba sentadito el amor de mi vida. Me besó, y se agarró a mi pancita fuerte.
Me senté en el sillón y abracé a Positivito mientras le contaba algunos detalles de todo.

Al ratito golpea nuestro doc, preguntando si todavía me estoy cambiando (hace un segundo me despatarró toda pero ahora no quería entrar si yo estaba en bombacha!). Le dije que no, que estaba relajándome. Y entró, me vio tirada en el sillón con mi peluche de la buena suerte en la panza y no pudo más que reírse. Nos dijo que la transferencia había sido excelente. Nos deseó suerte y nos saludó.
Al ratito me empecé a vestir. Y nos fuimos despacito, con una emoción desbordada. En el camino una de las recepcionistas nos alcanzó el informe (que me estaba olvidando). 

En el auto me di la inyección de heparina, con el aire acondicionado encendido. Y, mientras apretaba los 15  minutos necesarios inmóvil para que no me quede un flor de moretón, le conté detalle por detalle cada segundo. 

Nos fuimos a nuestra confitería favorita en Palermo. Una bakery que utiliza sólo productos orgánicos. Y que sirven el más delicioso (y caro) latte!
Ahí actualicé mi situación en twitter, y le pusimos nombre a nuestros pequeños.
Justi porque es un embrioncito de 8 células muy mono.
Diegui porque tiene 10 células, aunque es un poco adelantado, nuestro doctor nos dijo que en un par de horas más ya empezarán a compactarse por cómo se veían (igual que Justi).
Y Chiruzo. Nuestro pequeñito clase III. El que no se quiso quedar. Y tantas ganas tenía de venirse, que la peleo mucho para seguir adelante.



Mi collarcito de cofre. Un dije que me regaló mi marido en nuestro aniversario, días después del último negativo. Lleva una fotito de nuestra luna de miel, de una pirámide de piedras que armamos en El Burren, paradisíaco valle de piedras en Irlanda. La mini foto toda dobladita bien pequeña, y atrás escrito "creamos en nuestro amor". A ese cofrecito, en la mañana justo antes de salir para la transferencia, le puse tres bolitas plateadas. Primero le puse una, porque yo amo las cosas que suenan y quería que suene. Le tuve que agregar una segunda mini bolita para que haga realmente ruido (aunque  muy pequeñito). Y, antes de salir, le agregué una tercera porque no me gustaba que fueran sólo dos bolitas y que podrían significar a mi marido y a mi solos. Por eso le puse la tercera.
Cuando el doctor se fue, después de decidir que nos pondríamos los tres, le conté a mi marido lo que había puesto esa mañana en el cofrecito. Y en ese momento, ingresando el cateter, no pude más que apretarlo fuerte. Siempre lo llevo para que mi amor me acompañe en los momentos en los que no puede estar, como las ecografías. 
Esta vez llevaba ahí dentro también a mis tres pequeñitos. 
Como lucecitas, en unas diminutas bolitas plateadas brillantes, tintineando entre sí.

4 comentarios:

  1. :'). Que bien contado todo... y que bello y simbólico es ese cobre.

    Mucha suerte!

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  2. Oh preciosa mía, cuanto sentimiento y emoción en todo. Espero y deseo de corazón que esta vez salga maravillosamente bien y puedas despedir el año con tu gran positivo.
    Mucha energía para esos peques que están luchando por quedarse!!
    Y un gran abrazo para ti amor ;)

    Aidni

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  3. Ayyyyy por diossss cómo me hacés emocionaaaaaarrrr, no hay derechooooo, estoy en la oficina moqueando!!! jajaja HERMOSO RELATO y hermosa ¿premonición? Te abrazo fuerte y deseo lo mejor, que se vengan los tres, hay equipo ♥

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  4. Cuantas emociones juntas!!! Te deseo todo lo mejor, te lo mereces si o si. Este año no puede terminar sin tu positivo preciosa. Besos y abrazotes!!!

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