Todos tienen derecho
a decidir no luchar.
Y quiero aclararlo
de entrada para no herir susceptibilidades. Porque sé que en este tema todas
somos muy susceptibles (y me incluyo).
Se puede no luchar
más. Se puede elegir otro camino. O se puede elegir no caminarlo más.
Es una decisión.
Hasta me atrevería a decir que una decisión que admiro. Tal vez en un tiempo yo
me encuentre tomándola. Por el momento no. Y, muchísimas veces, me encontré en
momentos horribles en donde desee haber sido la clase de gente que puede dejar
de luchar y sentirse bien habiendo tomado esa decisión.
Pero yo no puedo. No
ahora. No lo imagino (insisto, quién te dice si el destino no me llevará a
ello).
Soy demasiado
extremista. Dejar de luchar para mi masoquismo es perder. Aunque entiendo que
no es lo correcto. Perder es que en esto se te vaya la vida. Que des más de lo
que podés dar. Sé que eso es perder. Pero mi corazón no lo entiende, y no hay manera
de que mi cabeza, tan razonable y lógica, se lo pueda hacer entender.
Insisto, todos
tienen derecho a decidir no luchar.
Pero no a hacer de
constantes intentos de abandono, su motivo de lástima.
Si vas a hacer un
tratamiento de fertilidad, hacelo. Hacele frente. Te va a costar, te va a
doler, vas a tener miedos, y vas a dudar. Pero te vas a parar adelante del
problema y lo vas a tomar por las astas. No vas a quejarte porque te molesta
una ecografía, y a preguntarte cómo vas a hacer para tomar un remedio que no te
gusta. Y a escribir de ello como si en cada tontería de la infertilidad se te
fuera la vida.
Te van a pinchar mil
veces. Te va a doler todo el cuerpo. Vas a sufrir. Y, encima de todo, te puede
ir mal. Eso tenés que saberlo. De entrada.
Y, si sos de las que
tienen mala suerte como yo, te va a ir mal VARIAS VECES!
Y ese sí es el dolor
que importa.
Todos vivimos el
camino como podemos, o queremos, de eso no tengo dudas.
Y no existe buena
manera de llevarlo adelante. Porque definitivamente no nos fabricaron para
sufrir tanto.
Pero ser madre es
sufrir. Y lo sabés desde que tomaste la decisión. Y más lo aprendiste cuando te
mandaron a fertilidad. Cuando te hiciste estudios dolorosos e invasivos. Cuando
te inyectaste a vos misma. Cuando el alma se te desgarró al medio porque algo
salió mal.
Que este mes no te
hayas embarazo naturalmente no es tan doloroso. No es ni cerca de lo que es el
dolor. Sólo te está costando un mes más embarazarte. Tal vez te cueste seis
meses de sexo con tu pareja (qué problema!). Tal vez tengas que organizar tus
ciclos, programar tus relaciones. Pequeños pasos para convertirte en madre,
parte de la vida misma.
Perdónenme si a
alguien ofendo, pero no quiero más víctimas.
Quiero guerreras.
Personas que luchan. Que les duele y lo dicen. Que se levantan aunque siga
doliendo (y dolerá por siempre!).
Mujeres que odian
tener que sacarse sangre para un estudio, porque llega un punto (les juro) que
hasta las venas de los brazos nos duelen de tantas extracciones. Que lo odien,
pero lo hagan, cerrando los ojos, apretando los dientes. Puteando la puta suerte.
Si tenés la mala
suerte de tener que transitar este camino, tenés que saber que es difícil, que
puede ser largo.
Que tenés que estar preparada.
Que la vida te va llevando.
Que
nada es tan dramático como crees.
Porque ser madre es eso.
Desgarrarse por tu hijo,
incluso si todavía no existe.
Porque parir también
duele.
Madre mía cielo, emocionada me tienes con esta entrada que escribiste.
ResponderEliminarHoy por hoy estoy totalmente de acuerdo contigo, y digo hoy porque no tengo fuerzas para rendirme pero mañana no sé dónde estaré, hoy pienso que no soy tan valiente para tomar la decisión de dejar la lucha, hoy no.
Un abrazo gigante fuerte guerrera!
No India, somos MUYYYY valientes por seguir poniéndole el pecho a esta porquería!!!! Estoy convencida (tengo que estarlo) que va a valer la pena!!!!
EliminarY de ejemplo de guerrera tengo a quien le respondo! Una Indiecita que bien merecido tiene puesto su nick! ;) Besotes!!!!