Un rato largo
esperamos en la sala creada para ese fin (digamos, en la sala de espera, es que
no me daba para repetir la palabra así que le quise poner "intriga").
Yo sabía que esto iba a ser así, mi "turno" había sido a las
apuradas.
Iba peinadita y preparada para el matadero. Me había tomado antes de
bajar del auto un ibuprofeno 600, para intentar palear lo más posible el dolor.
Me debatí mucho tiempo sobre si agregar algún ansiolítico, relajante, etcs.,
pero como jamás tomo nada me dio miedo estar demasiado boleada. Sobre todo,
porque tenía cosas que hablar, que preguntar, que SABER! (y si no me creen
pueden leer mi entrada anterior donde lo explico). Yo iba preparada para que la
cosa se diera, no autoinformarme demasiado, no sacar conclusiones apresuradas,
solamente ver a donde llevaba la información sobre los embris y qué había
pasado en el medio. Esta vez había elegido creer.
En recepción me
hicieron abonar solamente los materiales descartables (cánulas y demás), apenas
$150 (algo así como U$12). Porque no iban a enviar a patología, ya que en la
biopsia anterior había salido todo perfecto y nada lo justificaba.
Y me senté a
esperar. Por fin el baño se vació y pude ir. Me quedé un rato largo, intentando
vaciar hasta la última gotita para no pasarla mal en el momento. Cuando vuelvo
me cruzo con una de las secretarias que ya me conoce y con la que generamos
cierta empatía. Me pregunta a qué vengo y le digo que a una biopsia, y me dice
"pero sabés que tenés que tener retención?". Chan!
Y ahí estuve yo,
cuarenta minutos más, vaciándome el dispenser de agua a cuatro manos. Y digo
cuatro literal, porque mi maridito me llenaba de vasitos sin dejarme respirar.
Por fin nuestro doc
nos llamó y fuimos hasta la última de las oficinas. Ni bien entramos me dijo
que se acordaba que yo le había hablado de hacerlo con anestesia porque así no
quería. Le dije que lo entendía, que todo se había dado demasiado rápido y a mi
no me había dado el tiempo, ni siquiera la cabeza con todo lo que pasó, como
para ir a averiguar costos de quirófano, anestesista, y si había un turno
disponible. Me dijo que hiciéramos una pruebita y cualquier cosa, si yo me
sentía mal, veíamos de subir al quirófano. Yo le dije que solamente tenía miedo
de desmayarme como casi pasa la vez anterior, y que si eso pasaba no iba a
poder hacerme el estudio. Me interrumpió para que no termine la frase,
haciéndome señas de que no piense en eso.
Me dio una bata, si
a ese pedazo de papel totalmente abierto como si fuera un babero gigantesco se
le puede llamar bata. Y, mientras me desvestía tras el biombo, lo escucho
decirle a maridito: mirá, estos son los embriones que congelamos, son todos
clase II (la I es la más óptima, pero ya sé lo exigentes que son y los
comentarios que siempre me llegan es que ningún embrión llega a tener casi
nunca esa categoría). Y le decía "ves? Mirá…". Y yo no lo podía
creer!!! Me arrancaba rapidísimo el pantalón de mis piernas, saltando en una
pata, mientras me asomaba por el costado del biombo, a riesgo de caerme sin
siquiera la "bata" puesta cubriéndo mis partes. Y los veía a los dos
ver una planilla sobre el escritorio.
Yo no iba a
preguntar. Yo no quería quemarme la cabeza con calidades que tal vez no me
gustaran, con lentitudes de embriones siempre un poco atortugados, con
pequeñitos números de célula. Y ahí estaba, mostrándole directamente la
planilla, señalando uno por uno a mis cinco freezaditos. Y diciéndole: este es
de seis células, este otro también es de seis células, y este, y este, y este
último es de cinco células pero también viene genial.
Y me di cuenta. Que
hacía todo lo posible para que yo no me haga la cabeza con la biopsia y ayudar
a quitarme un poco el miedo. Y que igual que el lunes por teléfono volvía, por
dos únicas veces en dos años de conocerlo, a levantarme el ánimo. A darme confianza.
A decirme que todo estaba bien.
Un tipo que si algo
es blanco te va a decir que posiblemente amarillentee en un ratito. Por las
dudas. Para no generarte expectativas.
Cuando ya estuve
lista, le dije que yo intentaba no hacerme la cabeza con eso del "día
2" que no me gustaba nada pero que… Y me interrumpió diciendo que sí,
que es como yo creía, que esperaron hasta último momento del día 2 para que
avancen lo más que puedan, que simplemente se congeló así por ser domingo el
día siguiente. Y que iba a descongelarlos el día anterior para dejarlos hasta
día 3 seguro.
Yo creo también que
le di lástima. Estuve tres meses rogándole hacerme la biopsia en quirófano. Y
varios meses más intentando que la estimulación fuera leve para no pasarla mal.
Y hacía una semana había salido del quirófano para que me pinchen treinta folículos
otra vez. Para terminar en reposo. Para reponerme sólo para escuchar malas
noticias por teléfono. Y volver a recomponerme para realizarme un legrado a
propósito sin otro mayor motivo que alguna cuestión inmunológica en la que él
cree y que muy bien todavía no me sabe explicar porque no tienen pruebas
suficientes que la justifique.
Ahí estaba yo. Otra
vez abriendo mis piernas dispuesta a sufrir el peor de los dolores físicos que
la infertilidad me dejó. Apretando fuerte mis manos para no moverme. Imaginando
cinco hermosos pequeñitos de seis células esperando por mí un piso más arriba.
La ginecóloga
asistente me preparó. Pero fue mi doctor el que se calzó los guantes y tomó el
cateter. Me extraño que lo hiciera (no es ginecólogo y las otras biopsias
siempre las hicieron ellas). Pero me gustó. Me dio confianza. Mi maridito sentado
atrás, me acarició un par de veces la cabeza.
No voy a detallar el
dolor porque no podría, y porque no quisiera asustar a nadie que tenga que
hacerla. Además, considero que cada cuerpo es un mundo y cada resistencia al
dolor también. He tenido más de 40 folículos de 15 a 25mm peleando en mis
ovarios por crecer, y no creo haberlo pasado tan mal como algunas chicas con
diez. Por lo que así de subjetivo creo que es el dolor.
Sentí como escarbó
dentro. Y tiró. Y dolió. Me apreté fuerte la panza intentando no sacudirme del
dolor. Sacó la cánula y vació. Al segundo sentí que todo mi cuerpo se aflojaba
y me mareé, de pronto, abruptamente. En ese momento me preguntó si veníamos bien.
Y me di cuenta que no había terminado. Que él necesitaba seguir. Y que yo tenía
que juntar fuerzas de algún lado para que pudiera continuar y no se terminara
ahí. Que si hacía un esfuerzo más iba a ser mejor para mis peques. Que esto los iba a ayudar. Le dije que no, pero que no se preocupe. Y el contestarle me
permitió volver y no caerme desmayada como creí. Eso me salvó.
Volvió a atornillar
(así se sentía el dolor esta vez, en la biopsia de febrero la cosa fue más de
arranque). Y dolió otra vez. Y todo se aflojó. Y volvió a salir y me dijo que
ya habíamos terminado. Y suspiré.
Misión cumplida.
Ahora sí más cerca de mis peques. Con el orgullo de la tarea hecha. Y la
felicidad de saber que mis chiquitos lo valían.
Y no es que lo
valieran porque supe de células y calidades. Lo valían porque mamá había
confiado en ellos decidiendo no saber. De la única manera en la que vale
confiar.
Ahora sí, paradójicamente ya legrada, arrancada y rota por dentro, en el sentido más literal del concepto. Lista para que mis tontas celulitas empiecen a trabajar como deben.
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Cartelito que me dejaron mis chiquis la noche anterior |
Algo de info:
El scratching endometrial, también llamado injury, biopsia, microaspirado, legrado, etc., tiene varias funciones. La principal es enviar a patología a analizar las células que se aspiran. Fundamentalmente para intentar encontrar endometritis, una inflamación del endometrio que puede ser crónica o no, que puede ser producto de alguna bacteria, cánulas, legrados, o simplemente inflamatoria por los procesos hormonales a los que nos sometemos. Es muy común encontrarla en mujeres con fracaso de implantación. Y solamente puede descubrirse con este estudio. Los papanicolao no pueden encontrarla, ni tampoco todos los cultivos de flujo del mundo. Solamente la biopsia, que se puede hacer como me hicieron a mi, o junto con una histeroscopia.
Y digo que analizar patológicamente el endo es la principal función de la biopsia porque la endometritis, si no es tratada con antibióticos hasta erradicarla, o sumando corticoides para "aquietarla", impide la implantación. Así de sencillo y simple.
Pero, además, se supone que tiene otra función.
Hace unos cuantos años, realizaban la biopsia para extraer células del endometrio para cultivarlas en laboratorio y ahí poner a "crecer" a los embrionres. Lo que se conoce como cultivo endometrial. Ese famoso cultivo aumentaba muchísimo la tasa de embarazo, por lo que empezaron a utilizarlo en casi todos los ciclos de fiv/icsi. Con el tiempo, y hace no mucho, se dieron cuenta que aumentaba las tasas de embarazo en las mujeres en las que se les había quitado un trocito de endo en el ciclo anterior a la transferencia. No en las mujeres que ya tenían endo congelado y lo cultivaban posteriormente. Por lo que llegaron a la conclusión que no era el cultivo endometrial en el que se colocaban los embriones lo que daba resultado, sino la "lastimadura" que provocaba el procedimiento.
Este raspado actualmente lo recomiendan para los fracasos recurrentes de implantación. Y se supone que funciona por varios aspectos. Pero de manera sencilla podría explicar que la curación de daño localizado induce la expresión de ciertos genes y moléculas que juegan un papel fundamental en la comunicación entre endometrio y el embrión.
Acá les va un link de una investigación premiada sobre el tema por si quieren leer un poquito más. Está en inglés pero es de un equipo médico donde me atiendo por lo que me gustó más compartirla http://www.procrearte.com/esrhe
Igualmente, Dr. Google tiene bastante información al respecto.
Por cierto, no está de más chequear que no se tenga inflamación como endometritis antes de seguir intentándolo. Al principio no tiene sentido porque la biopsia también puede ser culpable de despertarla, así que no se trata de dañar a priori algo sano. Y tampoco podemos dejar nuestro útero en manos de cualquiera porque se nos dio la gana hacerla. Consúltenlo. Busquen opiniones. No lo hagan a escondidas. Un raspado mal hecho es como un mal hecho legrado. Ni más, ni menos. Y sabemos que eso puede traer consecuencias.
Además, hay una asociación entre algunos problemas y un mal funcionamiento de las células del endometrio. Las famosas Natural Killer (nk). Las enfermedades autoinmunes, entre las que se encuentra el saf, algunas otras patologías y algunas mutaciones genéticas, son proclives a generar aumento de estas células. Algunas teorías consideran que es mejor bajarlas con medicamentos, como antihistamínicos, corticoides, o aine´s (antiinflamatorios no esteroides). Otras teorías, creen que hay que redirigirlas, enseñarles a comportarse como debieran. Para estas teorías se realiza el scratching, o también se dan vacunas de linfocitos paternos. La idea no es inmunosuprimirnos sino encausarlas al buen camino. Ya que las nk no son tan malas como se cree. Y, por cierto, son un tipo de linfocitos, parte de nuestros glóbulos blancos. También son las encargadas de hacer que el embrión implante y crezca, de protegerlo. Algunas chicas tienen muchas malditas nk. Otras, como creo serlo yo, tenemos a las nk haciendo el trabajo incorrecto.
Sé que el tema es largo y complicado, pero no quería dejar de explicarlo por las conversaciones largas y complejas que armamos en twitter y mi imposibilidad de decir todo esto en 140 carácteres.
ay porfavor!!que me duele de leerte , no sabes las caras que hacia ,jjaja,toda contracturada lei,au,soy muy cagona, bueno , pero listo ya esta y ya no pensamos mas en eso, solo en los chiquis y el hermoso futuro que les espera juntos. Muy interesante la info, y super clara, un beso
ResponderEliminarMuy buena información! Ya pasó lo peor. Ahora les toca esperar por lo mejor, y ya está cada día más cerca. A descansar y a disfrutar este periodo de espera en paz, con la certeza de haber hecho lo mejor por tus peques!!!
ResponderEliminarJolin bonita...bueno ya está, ya ha pasado y ya queda menos!!!!!
ResponderEliminarLo que sea por tus chiquitines verdad?
un abrazoooo